Solo se necesita una chispa para provocar una llama. Fran Serra o Fran Sierra, un explorador de la nada, una persona común y corriente que pulula entre nosotros, tiene su especial forma de decir, de escribir lo que piensa. Para unos, es un tipo raro, para otros una víctima más de este mundo que nos rodea. Yo sólo sé que cuando leo algo de él, me conmuevo, siento. (En su amplia obra, sobretodo literaria). Y tras esas maneras de expresión, especiales, raras para aquellas personas que sólo leen las noticias del día en el periódico de turno, yo encuentro algo extraordinario en sus escritos, poesía, lamentos. Es la naturalidad de la rutina diaria y un pasado de singulares circunstancias. Una auténtica bomba de sentimientos, una manera de decir hasta dónde llega, hasta dónde alcanza el pozo de los deseos que nos prometieron. Con este libro de poemas, Fran intenta llenar un vacío de sí mismo, ese mismo vacío que nos acompaña a algunos en esa alameda de sueños preconcebidos, un largo paseo en ese río eterno donde están los desencuentros, donde podemos echar abajo las rivalidades y encontrarnos con nosotros mismos, un espejo de irrealidad. “Eran dos olores distintos Iguales Estaban en sitios diferentes distintas posiciones Pero se juntaba Se juntaban Llegaban al mismo lugar Porque los dos eran uno…”
Juan Antonio Perez vilchez